Francisco: Tantos jóvenes han perdido el horizonte, démosles esperanza 🤲

Francisco: Tantos jóvenes han perdido el horizonte, démosles esperanza 🤲

El Papa Francisco recibió a los asistentes del Congreso Internacional de Pastoral Juvenil, organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y los alentó a apoyar especialmente a los jóvenes más vulnerables que «han dejado de lado grandes sueños y se han enredado en la tristeza y la mala vida».

Durante el encuentro, el Papa Francisco expresó su agradecimiento a los participantes por su esfuerzo en el éxito de la pasada Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Lisboa. Afirmó que, tras la pandemia y en medio de muchas tensiones internacionales, los jóvenes necesitaban un impulso de esperanza. Los días en Lisboa fueron una auténtica celebración de la alegría de vivir y ser cristianos, una oportunidad para celebrar la esperanza que Dios mantiene viva en los corazones jóvenes.

Jubileo de los jóvenes y JMJ en Seúl

Francisco recordó los próximos eventos internacionales, enfatizando la importancia de acompañar a la pastoral juvenil en su vida cotidiana. Con la vista puesta en el Jubileo de los Jóvenes el próximo año y la JMJ en Seúl en tres años, el Papa expresó su deseo de que estos eventos faciliten el encuentro de muchos jóvenes con Jesús, incluso aquellos que normalmente no asisten a la Iglesia. Habló de los jóvenes que han perdido el horizonte, dejando de lado grandes sueños y quedando atrapados en la tristeza y la depresión.

Al referirse a Asia, donde se realizará la próxima JMJ, Francisco destacó que, aunque es un continente joven y vital, muchos jóvenes en las grandes ciudades sufren la pérdida de esperanza y se aíslan, una situación similar en todo el mundo. Los eventos en Roma y Seúl son oportunidades para transmitir a los jóvenes del mundo que Jesús es esperanza para todos.

No descuidar la vida cotidiana de los jóvenes

El Papa subrayó la importancia de no olvidar el «camino ordinario», el itinerario concreto que los jóvenes siguen en su vida diaria. Habló de la pastoral de los pequeños pasos y números, de las palabras y gestos sencillos, de momentos de celebración y oración en comunidad, y de las decisiones diarias. Estas experiencias, aunque menos llamativas, penetran profundamente en el corazón y producen frutos duraderos con el tiempo. Este enfoque, señaló, es la santidad de la vida cotidiana, como mencionó en su exhortación «Gaudete et exsultate».

Certeza de que Dios es amor

Francisco instó a los participantes a ayudar a los jóvenes a tener certezas fundamentales en sus corazones: «Dios es amor», «Cristo te salva», «Él vive», «el Espíritu da vida», y que «La Virgen te quiere porque es Madre». En un mundo lleno de noticias negativas, es crucial mantener la certeza de que Cristo resucitado está con ellos y es más fuerte que cualquier mal. Ofrecer a los jóvenes oportunidades para experimentar a Cristo vivo en la oración, la Eucaristía, la reconciliación, los encuentros comunitarios, el servicio a los pobres y el testimonio de los santos es vital para que ellos mismos se conviertan en portadores de este mensaje.

Discernimiento espiritual

El Papa destacó la importancia del discernimiento espiritual, un arte que deben aprender los agentes pastorales: sacerdotes, religiosos, catequistas, acompañantes y los propios jóvenes. Este discernimiento no se improvisa, sino que debe ser profundizado, experimentado y vivido. Tener un guía sabio en el camino de la fe y el descubrimiento de la vocación es invaluable para evitar errores y momentos de extravío. Francisco resaltó tres cualidades del discernimiento: es sinodal, es personal y está orientado a la verdad.

Escuchar al otro

El Papa reiteró que, en un mundo donde todo tiende a ser masificado, es esencial acompañar a los jóvenes personalmente. Cada uno es único y merece escucha, comprensión y consejos adecuados a su edad y madurez. El discernimiento debe ser personal y orientado a la verdad, en un entorno contaminado por noticias falsas y perfiles alterados. El discernimiento ayuda a los jóvenes a buscar la autenticidad, a salir de identidades artificiales y descubrir su verdadera identidad.

Finalmente, Francisco subrayó la importancia de escuchar realmente a los jóvenes y no utilizarlos para implementar ideas preconcebidas. Es crucial darles responsabilidades, involucrarlos en el diálogo, la programación de actividades y en las decisiones, haciéndoles sentir que son parte activa y con pleno derecho en la vida de la Iglesia. Así, ellos mismos se convertirán en los primeros anunciadores del Evangelio a sus contemporáneos.


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