XIV ELARNPJ • Quito 2003

CARTA MENSAJE A LOS Y LAS JÓVENES
DE LA PASTORAL JUVENIL LATINOAMERICANA

“Felices nosotros, los jóvenes latinoamericanos, porque un nuevo sol se levanta sobre la nueva civilización”.

Queridos amigos y amigas, hermanos y hermanas jóvenes de la Iglesia Latinoamericana:

Estamos agradecidos de la acción de Dios entre nosotros en la celebración del XIV Encuentro Latinoamericano de Responsables Nacionales de Pastoral Juvenil, celebrando 20 años de este espacio de comunión y reflexión en la vida de la Iglesia. Jóvenes, Asesores y Obispos, provenientes de 21 países de nuestra América Latina, queremos compartirles esta alegría de fiesta y trabajo, animando la acción de la Pastoral Juvenil del Continente.

El suelo de nuestra América nos desafía al seguimiento de Jesús. Situaciones de muerte marcan profundamente nuestra realidad social, política, económica, y cultural. Denunciamos los modelos y regímenes que someten a nuestros pueblos en la desigualdad, la marginación, la injusticia y la corrupción. Denunciamos con ellos la falta de oportunidades de desarrollo y crecimiento, sobre todo para la juventud, que impiden la realización de una vida digna. Igualmente, los pocos espacios de trabajo, educación y acceso a servicios de salud que generan violencia y poco respeto por la vida. Ante esto proclamamos “felices los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados”.

Denunciamos la ambición, la incomprensión y la arrogancia de líderes que se conducen por la lógica del mercado y que con ella nos han llevado a las puertas de la guerra. Las brechas entre ricos y pobres, opresores y oprimidos, cada vez son más amplias. Denunciamos la muerte de tantos y tantas jóvenes que sufren las consecuencias de esta realidad. Anunciamos la lógica de Jesús, la lógica del amor que ve el poder como servicio, que nos llama y nos dice: “Felices los que trabajan por la paz porque serán reconocidos como hijos de Dios”.

Creemos en Jesús, el Sol de Justicia y Esperanza, que sale a nuestro encuentro y nos invita a levantarnos y comprometernos con su Evangelio. Proclamamos el amor, la paz y la solidaridad entre todos los hombres y mujeres. Jesús nos llama a valorar nuestra propia riqueza, que radica en nuestra diversidad de culturas y en el espíritu joven que caracteriza a nuestros pueblos. Queremos forjarnos como testigos, nuevos mártires, y correr al encuentro de ustedes para juntos anunciar esta buena noticia,transformando la cultura de la muerte en vida nueva. Con valentía y coraje confiemos en la palabra del Señor que nos envía: “Avancen hacia aguas más profundas”.

Nuestra respuesta a esta realidad y al llamado del Señor nos exige un compromiso libre y permanente con la transformación de los ambientes que nos rodean desde los valores del Evangelio. Nos comprometemos con una verdadera militancia apostólica, para asumir juntos la cultura de la vida con profetismo, construyendo soberanía y libertad para nuestros pueblos.
Sabemos que no es tarea fácil. Muchas veces nos cierran puertas y desfallecemos en el camino. Sin embargo, Jesús mismo fue perseguido y condenado, pero no dudó en anunciar con valentía y fidelidad la buena noticia del Reino, la nueva civilización que nace hoy. El mismo nos dice: “Felices los perseguidos por causa del bien porque de ellos es el Reino de los Cielos”. Optamos por escuchar su llamado y lanzar las redes para reunir a nuestros pueblos y asumir el compromiso de la solidaridad.
Confiamos a Dios que convierta nuestra América en otra América posible con una juventud renovada y renovadora. Con María de Guadalupe y todos los y las mártires de nuestra historia sigamos firmes en la tarea de construir la Civilización del Amor.

Les abrazamos en Cristo, nuestro Hermano, Amigo, Maestro y Señor.

Participantes del XIV Encuentro Latinoamericano de Responsables Nacionales de Pastoral Juvenil

Quito, Ecuador, 1 al 9 de febrero de 2003